Este pasado 8 de Marzo estuve acompañando a Mónica en una de las manifestaciones que había por Madrid. El recorrido transcurrió con normalidad, y con las consignas habituales que yo misma he cantado de joven cuando estaba abducida, e incluso ya de mayor, cuando aún seguía fascinada con el rollo éste del poder del coño y tal…
El caso es que en un momento dado nos pusimos a cantar eso de ‘nosotras parimos, nosotras decidimos’, a la vez que alzábamos las 2 manos unidas por los dedos índice y pulgar simulando una vagina…., y detrás de ambas un tío va y nos increpa («payasas», «asquerosas»…). Pero no os lo perdáis: era un tío con barba recia tipo papel de lija de al menos cuatro días, de esas barbas que raspan para encender un fósforo sin mayor problema…, y va y nos chilla: «Perdonad, bonitas, eso es ofensivo para mí». Y le dice Mónica con cara desencajada y ojos iracundos: «¿¿Ofensivo??¿Por qué es ofensivo?». Y le dice el tipo: «Tía, yo soy una mujer con pene, de hecho soy más mujer que tú, porque yo lo soy de conciencia y tú sólo de biología… ¿Vale, tía? Que ya tengo reconocido mi género desde el primer día en que se abrieron los registros. Así que te callas, que eres una tránsfoba».
Ahora ya comprendo que todos los años de lucha feminista en España se han ido por el retrete para siempre. Qué tristeza.