El otro día acudí a un terapeuta de coaching holístico. Me han contado que estas personas son seres muy evolucionados, que han transcendido esta realidad ilusoria, y que saben localizar el origen de los traumas, así que como me han fallado hasta ahora todos los psicólogos convencionales y otros tipos de terapias, como las constelaciones familiares y el transgeneracional, además del análisis transaccional…pues fui a este señor.
El caso es que éste fue el diálogo:
– Buenos días, Mario, cuéntame tu conflicto.
– Hola, Jorge. Pues el caso es que hace ya tiempo que no le encuentro sentido a la vida, y he acudido a multitud de terapias y terapeutas, y además…
– No hace falta que sigas. Has terminado tu búsqueda. Has llegado al final del camino y ya conmigo has conseguido Tu Tesoro – me interrumpió alzando la mano derecha como Buda.
Esto me animó mucho, le sonreí y empecé a balbucear… «Ehhhh, …pues…»
Pero me cortó en seco y me dijo: – A ver, sólo te voy a hacer dos preguntas en la sesión. ¿Cuál crees Tú (remarcando el Tú como un escupitajo) que es el origen de esa insatisfacción en tu vida y cuál crees que es la solución?
– Ehhh…pues no sé, he venido a que tú me lo dijeras. (…) Continúa…