Hoy estuve cenando con mis amigos profes vacunados. La reunión fue afable ya que no tocamos temas que son peligrosos en estos tiempos, como los que ya sabéis… El caso es que TODOS estuvieron tosiendo toooooooda la noche todo el rato, con una tos perruna que daba que pensar: que si el médico le dice que este año es que viene la Tripledemia, que si hay una cepa resistente, que si tal…
Ellos saben que soy un purasangre y que no me he inyectado ninguna mierda experimental, y no sé explican cómo estoy tan pichi, incluso habiéndome deseado que enfermera con cosas del estilo: «ojalá pillases el bicho para enterarte de verdad de lo que se pasa». Todos se han inyectado dos o tres jeringazos…pero el caso es que faltaba Jacobo a la cena y les pregunté que por qué no había venido.
Rapidamente Marisa respondió: «Ehh… Pues es que justo se puso la cuarta hace tres días y, madre mía, qué suerte ha tenido. Es que ha sido increíble, porque le ha dado tres trombos, dos íctus y cuatro infartos anteayer, pero ya está bien. Si no llega a ser porque se puso la cuarta a tiempo se muere».
(….)
Sí. Es increible.